Al vivir en sociedad los seres humanos estamos, nos guste o no, inmersos al juicio de los demás en relación a nuestos actos y decisiones. Incluso nosotros mismos lo hacemos con quiénes convivimos. No podemos, es quizá algo instintivo, permanecer indiferentes ante lo que nos rodea.
Pero este lleva un gran problema: el escrutinio. Solemos ser muy incisivos con nuestros juicios y la gran mayoría de veces el peso que pretendemos dar a nuestras opiniones suele ser no muy adecuado. Y más cuando ese comentario va destinado, o nos lo dice, alguien cercano.
Cuando tus padres, tus parientes mayores, un profesor o alguien que admiras emite un juicio o parecer sobre algo que hacemos o queremos hacer esto tiene una consecuencia importante. No todos sabemos lidear con ello y lo que otros dicen de nosotros nos pega, duele e importa.
Pero ante ello viene una gran verdad:
"Si actuas para contentar a los demás, nunca estarás contento contigo mismo."
¿Qué quiere decir?
Que sí, está bien recibir opiniones de los demás. Queramos o no lo vamos a hacer, pero una cosa es ser cortés y aceptar el comentario y otra querer que todos estén contentos con lo que hagamos.
Nuestros actos deben de ser precisamente eso: nuestros. Claro, dentro del marco de la legalidad y demás menesteres sociales, pero sin dejar de lado el hecho de que tenemos libertad y, per se, podemos y debemos ejercerla.
¿Es complicado? ¡Desde luego!
No siempre es lindo nadar contra corriente y mucho menos hacia y con la gente que te importa puesto que la gran mayoría de las veces sus opiniones son creyendo que nos hacen un bien mayor; aportan un consejo en base a su experiencia o sentido común pero terriblemente la vida tiene algo llamado aprendizaje de los errores y eso es algo que nada ni nadie debe de cambiar.
Quizá esos actos con los que estás contento no son los idóneos. Quizá no llevan a buen puerto y son un error garrafal pero 1) la felicidad de hacerlo nadie te lo va a quitar y, más importante aún 2) aprendiste, por cuenta propia, que esa no era la forma adecuada o correcta.
Tenemos que vivir nuestra vida. Tenemos que experimentar, caer, reír y llorar como fruto de lo que decidamos.
Sí, los comentarios de las demás personas, sobretodo de aquellos que nos quieren, son importantes y un gran tesoro, pero una cosa es oír un consejo y otra, muy distinta, es tomar la decisión en base solo a ello.
Vivir implica estar contento contigo, no en buscar que los demás vivan contentos tu vida.
¡Atrévete!
Imagen | pixabay
Frase | electivolit
No hay comentarios.:
Publicar un comentario